#JorgeAmado : Joe Biden ante el Congreso: «La libertad siempre va a triunfar sobre la tiranía»
Con 9 puntos de mejora en la popularidad pública desde que se inició la invasión a Ucrania, Joe Biden presentó su informe sobre el estado de la Unión, en el que hizo balance ante los 535 miembros del Congreso de su gestión durante el año anterior y se marcó objetivos para el resto de su mandato.
El presidente de EE. UU., Joe Biden, pronunció ayer su primer discurso sobre el estado de la Unión, y también por primera vez dos mujeres, Kamala Harris y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se sentaron detrás de un presidente en el estrado en un acto oficial de esta naturaleza.
También fue destacada la presencia de Oksana Markarova, la embajadora ucraniana en Washington, sentada junto a la esposa del presidente estadounidense, Jill Biden, y recibida por los asistentes con una ovación en pie.
La Casa Blanca había adelantado a los medios algunos extractos del discurso de Biden en el Capitolio, al que por primera vez en mucho tiempo los legisladores acudieron sin mascarillas y un gran número de ellos ataviados con alguna prenda con los colores azul y amarillo de la bandera ucraniana.
Tal y como había sido previsto por los analistas, y tal y como también permitían presagiar los anticipos del discurso que la propia Casa Blanca había difundido, Biden dedicó sus palabras iniciales a tratar la crisis internacional provocada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, si bien durante apenas 12 minutos, un tercio del discurso. En ese tramo inicial una de sus primeras expresiones fue asegurar que «la libertad siempre va a triunfar sobre la tiranía», a la que añadió que «la guerra de Putin fue premeditada y él está más aislado que nunca», y que «Putin es un dictador» que deberá pagar un precio por la invasión, todo ello en el marco de la afirmación de que las tropas estadounidenses «no participarán en el conflicto con las fuerzas rusas en Ucrania».
Uno de los más aplaudidos anuncios de Biden fue que Estados Unidos prohibirá la entrada de aviones rusos en el espacio aéreo de EE. UU., con lo que se unirá de ese modo a un número creciente de países que están cerrando sus cielos a Rusia luego de la invasión en curso de Ucrania.
«A lo largo de nuestra historia hemos aprendido esta lección: cuando los dictadores no pagan un precio por su agresión, provocan más caos. Siguen avanzando. Y los costos y amenazas para EE.UU. y el mundo siguen creciendo», afirmó el mandatario, quien también defendió que la OTAN y la diplomacia estadounidense «importan» y acusó a Putin de «rechazar los intentos diplomáticos».
«Él pensó que Occidente y la OTAN no responderían. Y pensó que podría dividirnos aquí, en casa. Putin se equivocó. Estábamos preparados», concluyó.
El discurso también tuvo un marcado peso económico, y en ese aspecto en concreto Biden se refirió a la inflación, que en enero se disparó hasta el 7,5 %, algo que ha provocado que el índice de aprobación del presidente cayera hasta alrededor del 40 %, si bien ha mejorado 9 puntos desde la invasión rusa a Ucrania.
El mandatario afirmó que su plan para combatir la inflación y rebajar el déficit es «rebajar los costos, no los salarios» de los trabajadores, además de «fabricar más automóviles y semiconductores en Estados Unidos» y conseguir que en el país haya «más productos moviéndose más rápido y más barato».
En concreto, señaló medidas prácticas para reducir los costes para las familias «ahora mismo, incluido el precio de los medicamentos, las primas de seguros de salud y los costes de la energía y el cuidado infantil». Con respecto a la salud también prometió grandes inversiones para la lucha contra el cáncer.
A lo anterior añadió que el país va a tener «una década de la infraestructura», y con ello se refirió al plan de infraestructuras aprobado en noviembre pasado de 1,2 billones de dólares, para asegurar que va a transformar al país y ponerlo en el camino de la «competición económica» del siglo XXI, en concreto con China.
También propuso una serie de definiciones sobre un aspecto central de la cultura económica de los EE. UU., el capitalismo, al que defendió, pero alertó al mismo tiempo de que «sin competencia es explotación» y provoca el aumento de los precios, al criticar la creciente concentración de poder de las grandes empresas.
Biden insistió también en la necesidad de fabricar más productos en Estados Unidos «en lugar de apoyarse en las cadenas de suministro extranjeras», en las que ha habido muchos problemas y cuellos de botella en el último año, y en la urgente decisión de invertir el 2,5% del PBI en I+D.
El presidente estadounidense también pidió al Congreso que apruebe «de una vez por todas» una reforma migratoria que incluya una vía a la ciudadanía para millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país.
Por último, también planteó la necesidad de poner en marcha mejores políticas y planes para proteger y promover a los veteranos de guerra.